Hay ciertos placeres que solo están al alcance de las personas que se hospedan en el Hotel Colón. Por ejemplo, despertarse temprano por la mañana, acercarse a la ventana, descorrer las cortinas y contemplar la imagen de la Catedral de Barcelona bañada por los primeros rayos de sol. ¡Es una imagen que le llenará de energía para todo el día!
Muchas de las 129 habitaciones del hotel ofrecen este privilegio, además de comodidades como aire acondicionado, teléfono, televisor LCD con acceso a canales internacionales, Internet de alta velocidad, caja fuerte, un bien surtido mini bar y todas las atenciones propias de sus 4 estrellas.
Si se aloja por placer, después de una buena ducha y un completo desayuno le será muy cómodo tener a un paso los principales centros de interés de la ciudad. Y si lo hace a nivel profesional, disponer de dos amplios salones le ofrece infinidad de soluciones para cualquier evento, convención, reunión de negocios o celebración. En ambos casos, da gusto saber que al mediodía o por la noche podrá contar con el excelente servicio del restaurante Catedral 1951.
Posiblemente por todos estos motivos, una estancia en el Hotel Colón se recuerda para siempre. ¿Qué más se le puede pedir a un gran hotel?